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INFORMACIÓN EXTRAIDA DE LA OPINIÓN DE ZAMORA.
Carlos Gil.
Habló, mucho y bien, de cine y se mostró mas reacio a adentrarse en arenas políticas, por lo que defendió el papel independiente de la Fiscalía, pero sin referencias al caso de la ministra Dolores Delgado y su polémica nominación como aspirante a la Fiscalía General del Estado. Eduardo Torres Dulce, que ocupó precisamente ese puesto entre diciembre de 2011 y diciembre de 2014 estuvo ayer en Zamora para presentar la primera película del Ciclo de Cine y Derecho del Colegio de Abogados.
Y momentos antes de su intervención en Multicines Zamora atendió a este diario con la advertencia previa; nada que huela a política. No comentó, por tanto el caso Dolores Delgado, que tantas críticas ha suscitado entre los fiscales, aunque sí defendió el ejercicio del puesto de fiscal jefe.
"El legislador constituyente de 1878 dio un corte bastante notable a la dependencia expresa del Ministerio Fiscal respecto del Ejecutivo. Esa dependencia en este momento se manifiesta exclusivamente con respecto al nombramiento, que está matizado por un informe de idoneidad del Consejo General del Poder Judicial y de la Comisión de Justicia y ya me paro ahí". Porque, dijo, "el estatuto constitucional es el que es, el estatuto del Ministerio Fiscal es el que es, y con lo que uno se enfrenta fundamentalmente es con el ejercicio cotidiano de quien ostenta la jefatura del Ministerio Fiscal con respecto a las funciones que le atribuye el artículo 124 de la Constitución".
Además de reconocido jurista la faceta de crítico cinematográfico es también relevante en la persona de Torres Dulce. "El Derecho se apoya sobre la vida y como el cine necesita reflejar conflictos dramáticos eso lleva a que el espectador se vea muy reflejado incluso en las tramas de mayor ficción, esos conflictos dramáticos que le suceden o que puede pensar que le puede suceder".
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VUELVE CHRISTOPHER NOLAN.
EL TIEMPO SE ACABA.
En nuestra habitual cita anual para fomentar el intercambio de opiniones respecto a los problemas que se abordan en Salud Mental, donde se intenta que puedan quedar reflejados los distintos trastornos referidos a través de las diversas películas seleccionadas, nos centramos en esta ocasión en los trastornos de personalidad.
Es difícil definir el concepto de personalidad, de hecho existen múltiples definiciones, dependiendo de distintos autores, pero para que se pueda entender sin dificultad podríamos sintetizar que obedecería a la predisposición de un individuo a desarrollar patrones básicos de conducta, tanto interna como externa, resultante de la interacción de factores biológicos (aspectos morfológicos y estructurales del sistema nervioso), caracteriológicos (determinados por el ambiente) y perceptivos (tendencia a percibir e interpretar el entorno conforme a ciertos parámetros que le asignan ciertas creencias y esquemas de pensamiento a la información recibida). La personalidad sería el producto resultante del trabajo conjunto de determinantes innatos, genéticos y constitucionales (temperamento) que actuaría como un armazón que determina y filtra la información sensorial que va a llegar a nuestro cerebro en un contexto sociocultural específico (carácter)
Resulta ardua la tarea de establecer los límites entre la personalidad sana y la anormal, pero hablamos de trastorno cuando la persona muestra una inflexibilidad y rigidez mental que le impide ajustar su comportamiento a las condiciones del ambiente, así que, de forma reiterada y contumaz, se empeña en repetir comportamientos con los que obtener objetivos poco o nada realistas, a su vez se le hace especialmente difícil aprender de su propia experiencia y extraer conclusiones que le permitan percibir la realidad de manera objetiva. Es muy frecuente en población general, que ante la observación de la conducta de las personas con trastorno de personalidad, que pueden ser "absurdas" en muchos momentos, las cataloguen como personas que han perdido el juicio, lo que vulgarmente se conoce como "estar locas", sin embargo, los individuos con trastorno de la personalidad razonan y perciben el mundo tan perfectamente como cualquier otra persona sin trastorno, son perfectamente capaces y responsables de todos sus actos.
A grandes rasgos se clasifican los distintos trastornos de personalidad en tres grandes grupos o "Clusters", diferenciados como tipo A, B y C. Los del tipo A también se les reconoce como "raros o excéntricos", los del tipo B como "dramáticos o emotivos" y los del tipo C como "temerosos".
Dentro de los trastornos de personalidad del tipo A se encuentran el Paranoide, el Esquizoide y el Esquizotípico. El inicio de las características ocurre en la adolescencia o primera etapa de la edad adulta y no se relaciona con otra enfermedad o con el consumo de sustancias.
Los primeros (Paranoide) son sobre todo desconfiados, piensan que los demás se aprovechan siempre de ellos, no confían en los amigos por miedo a que la información se utilice en su contra, son rencorosos, no olvidan los agravios, se sienten atacados frecuentemente, desconfían de su pareja. El trastorno esquizoide de personalidad se caracterizaría por un patrón de desapego de las relaciones sociales, poca expresión de las emociones hacia los demás, no disfrutan del contacto con los demás o de las relaciones íntimas, son solitarios, disfrutan poco de las cosas, rechazan las relaciones sexuales, no suelen tener amigos o confidentes, no se sienten agradecidos por las alabanzas, se mantienen indiferentes, fríos con afectividad plana. El tercer tipo (Esquizotípico) se caracteriza por un patrón deficiente de las relaciones sociales o interpersonales que se manifiesta por un malestar agudo ante las relaciones estrechas acompañado de distorsiones cognitivas y comportamiento excéntrico, pueden sentirse aludidos, tener creencias extrañas (clarividencia, sexto sentido, telepatía, supersticiones), pensamiento mágico (creer que puedan suceder cosas si se hace o no se hace alguna acción determinada), sensaciones extrañas en forma de ilusiones corporales (olerse diferente, sentirse distinto, verse de otra forma, etc), desconfiados, afecto inapropiado, comportamiento raro o excéntrico, no suelen tener amigos y tienen dificultad para relacionarse con los demás por miedo a ser dañados de alguna forma. En ocasiones son la antesala de una Esquizofrenia.
Los trastornos de personalidad del grupo B son el Antisocial, el Límite, el Histriónico y el Narcisista.
Los Antisociales son personas caracterizadas por un patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, no cumplen las normas sociales, de convivencia, cometen ilegalidades por las que son detenidos, suelen ser mentirosos, engañan para conseguir sus propósitos, impulsivos, agresivos, frecuentemente se meten en peleas, son irresponsables, no cumplen con sus obligaciones (laborales, familiares, económicas), no manifiestan ningún remordimiento por cualquier acto violento o ilegal realizado, se justifican, suelen además ser seductores, normalmente de inicio antes de los 15 años de edad, pero se tiene que tener 18 años para emitir este juicio clínico. Los casos graves son los considerados psicópatas,
Las personas con trastorno de personalidad de tipo Límite o también conocidas como Borderline o como Inestabilidad emocional de la personalidad presentan un patrón alterado o inestable en las relaciones interpersonales, de la autoimagen, de los afectos, son impulsivos, se sienten continuamente abandonados, relaciones personales muy intensas, pasan de idealizar al otro a devaluarlo de forma alternativa, la impulsividad se puede manifestar en distintos campos como puede ser en los gastos, la sexualidad, el consumo de drogas, la conducción temeraria o los atracones de comida, suelen tener pensamientos de suicidio o de muerte, con varios episodios de intentos de autolesionarse, ya sea mediante cortes en extremidades o mediante intoxicaciones medicamentosas, muy reactivos emocionalmente, sintiéndose muy decaídos, irritables o ansiosos durante horas pero no de forma continuada o duradera. Presentan frecuentemente la sensación de sentirse vacíos por dentro, dificultad para controlar la ira, se enfadan con facilidad, discuten, se pelean y de forma ocasional pueden llegar a tener ideas paranoides bajo estrés, también facilitados por el consumo de drogas.
El trastorno de personalidad Histriónico se caracteriza por un patrón dominante de emotividad excesiva, de búsqueda de atención. Estas personas no se sienten cómodas si no son el centro de atención, suelen ser seductoras o provocativas, utilizando el aspecto físico para ello, son muy dramáticas, teatrales y expresan las emociones con exageración, son muy influenciables por la opinión de los demás.
El trastorno de personalidad Narcisista se basa en un patrón dominante de grandeza, necesidad de admiración, falta de empatía, por lo que suelen exagerar sus logros y talento, son prepotentes, esperan ser reconocidos como seres superiores, están absortos en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado, se creen especiales o únicos, con necesidad excesiva de admiración, se aprovechan de los demás para conseguir sus fines, carecen de empatía, con frecuencia sienten envidia pero lo manifiestan como que son ellos los envidiados, son arrogantes y con sentimientos de superioridad.
Los trastornos de la personalidad del grupo C son el Evitativo, el Dependiente y el Obsesivo-compulsivo.
Los del tipo Evitativo se caracterizan por un patrón predominante de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilización a la evaluación negativa, lo que es decir que suelen evitar actividades laborales que implican un contacto con otras personas por miedo a la crítica, rechazo o desaprobación. No se relacionan si no están seguros de que serán apreciados, frecuentemente se sienten avergonzados ante relaciones estrechas, por lo tanto inhibidos ante situaciones nuevas a las que les cuesta adaptarse, por lo que tienden a no asumir nuevos proyectos, se ven a sí mismos como inferiores a los demás, poco atractivos o ineptos.
El trastorno de personalidad Dependiente suele tener la necesidad de que le cuiden de forma excesiva, adoptando una actitud pasiva, sumisa, de apego exagerado y con miedo a la separación. Sus principales características son que les cuesta tomar decisiones cotidianas si no es con el consejo de otros o a través de la tranquilización excesiva de un tercero, necesitan a los demás para poder asumir responsabilidades en la mayoría de los ámbitos importantes de su vida, no expresan su desacuerdo por miedo a las reacciones, de perder el apoyo o la aprobación, no inician proyectos por si mismos por su falta de confianza, pueden llegar a hacer voluntariamente cosas que les desagradan para obtener la aceptación o el apoyo de los otros, si están solos se encuentran incómodos e indefensos, si termina una relación estrecha busca enseguida otra para sentirse arropado, suelen sentir miedo a que lo abandonen ya que son incapaces de cuidar de sí mismos.
El trastorno Obsesivo-Compulsivo de personalidad o también llamado Anancástico suele estar determinado por un patrón dominante de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la franqueza y la eficiencia. Por lo general estas personas se caracterizan por preocuparse mucho de los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los programas hasta que llegan a descuidar el objetivo principal de la actividad, su perfeccionismo es tal que pueden ser incapaces de terminar una tarea por no cumplirse los estándares tan estrictos, suelen ser muy responsables, dedicados por entero a su trabajo, no por dinero, descuidando las relaciones sociales o familiares, suelen ser muy rígidos mentalmente, inflexibles, escrupulosos, sobre todo en lo que se refiere a la ética, la moralidad o valores, por lo general les cuesta deshacerse de objetos deteriorados o inútiles aunque no tengan valor sentimental, no les gusta delegar tareas en otros, a no ser que lo hagan todo como ellos mismos, suelen ser avaros, para sí mismo y para los demás, tercos y obstinados.